Del desarrollo lector en Yolanda Reyes
Por Fabio Ciro
La tesis de la escritora nos ubica en el poder cognoscitivo del niño en el proceso de formación como lector: se dice que la primera es aquella en la que el niño no lee, sino que otros “lo leen” y se extiende desde el nacimiento hasta el inicio de la lectura alfabética.
En el primer texto sugerido de la escritora Yolanda Reyes "El Lugar de La Literatura en La Vida de Un Lector", se muestra aquí una amplia referencia a la investigación del taller lectura y escritura llamado el "Espantapájaros". Yolanda hace parte de dos premisas básicas: la primera es desconsiderar a la lectura, cual sentido amplio, como una forma de conocerse a sí mismo, de descifrarse y descifrar el mundo, de encontrar en los libros y en los objetos de la cultura, o como también aquellas alternativas para el crecimiento, para el diálogo, para favorecer el pensamiento y para desarrollar la sensibilidad. La segunda premisa, que se deriva de esta condensación de lectura, aparece la idea de la lectura como "des-ciframiento vital", incluye, una suerte de cosmovisión, o integración, algo también que parte desde lo emocional, se constituye en un "nido”. Desde ahí se proyectan a la tarea de construir fuertes vínculos, no sólo con los libros; sino con el poder maravilloso que da la imaginación y su potencia trasformadora.
Yolanda, nos abre una bonita pregunta y es: ¿Qué sienten con los libros que ven en la casa, en la biblioteca, en la librería o en la clase?. Parece que no hay todavía un especialista en relación a lo que usted sabe sobre ese niño concreto que espera encontrar ese libro justo, en ese momento justo de su vida, como también nos invita a conocer mejor esa "sabiduría instintiva".
Por último les comparto un consejo magistral de la escritora Yolanda Reyes sobre el poder espiritual de las letras y su literatura: "Cuídese también de las novelas simplificadas. Alicia en el país de las maravillas de Carroll, Pinocho de Collodi, Peter Pan y Wendy de Barrie son novelas complejas y muy hermosas para leer a su debido tiempo. Leer esas obras resumidas en cuenticos de pocas páginas es como leer La Odisea en un resumen escolar. Es mejor que su hijo pueda gozar la riqueza íntegra de la obra, cuando crezca un poco más. Desconfíe también de los clásicos para adultos en versiones aniñadas. Ya llegará, a su debido tiempo, el momento de disfrutar la verdadera voz de Shakespeare o la de Cervantes."
