PETRO, UNA NUEVA COLOMBIA.
ESTAMOS EN MANOS DE NOSOTROS
¡ES AHORA!
En contexto de la campaña política hacia la presidencia de la República De Colombia por el Pacto Histórico. Febrero 2022.
Un llamado a todos los artistas, escritores o intelectuales de Colombia a no ser indiferentes ante la grave realidad que hoy tiene exaltado y palpitando los millones de ánimos que hoy han perdido el miedo, un miedo creado desde el mismo gobierno, pero que por fortuna no pegó en la voluntad popular que salió a las calles, aún en contra del amenazante contagio del Covid, ya esto es algo muy diciente y deja mucho qué analizar e interpretar. Estas miles y miles de personas nos están un tremendo ejemplo de resistencia, audacia y dignidad.
Entonces parafraseando aquel verso poético: no preguntes por qué marchan las marchas, pues cuando ellas marchan, marchan por ti... Vida, amor y muerte son las consignas de una voz en mitad de la muchedumbre, o como esa voz de un viejo extravagante que suscita a nuestro oído la impertinencia de la protesta; o de la furia, una furia que refresca la voluntad y la conciencia de la anestesiada multitud.
Ustedes amigos de las artes, o de las bellas artes, también suman, ustedes también tienen voz, ustedes suman corazones alzados en almas, ustedes construyen con su talento, inteligencia y capacidad creadora un peldaño más hacia una nueva visión de país, ¿pero para quién? Sencillo, para nuestros niños de Colombia que suman un margen importante de la población, ellos a corto plazo serán nuestros ciudadanos del futuro. Nosotros hoy, Somos los directos responsables del país que les estamos dejando, que les estamos relatando, o les estamos tejiendo.
Estamos en momentos aciagos, convulsos pero a la vez con un ánimo de furia refrescante.
En el contexto social que tenemos hoy, resulta algo más que admirable la capacidad de los miles de ciudadanos movilizándose por una causa común, ciudadanos anónimos, numerosos e interesados por no segur repitiendo la misma historia de siempre.
Una reforma tributaria en plena crisis pandémica resultó infame contra una clase obrera, media o trabajadora tan empobrecida, desamparada y maltratada desde las poderosas élites económicas, todos ellas: la nefasta oligarquía que desde siglos se ha enquistado e imbricado en la sociedad, pero sobretodo en el Poder.
Compañeros y amigos de las artes, (o las bellas artes), reitero, ya es hora de asumir posiciones verticales, déjense de poses o discursos ambivalentes; del “que sí pero que no, que no pero que sí... Que ojalá… O Que tal vez, pero que quizás, pero que si no…” En fin, un volumen de palabra muchas veces edulcoradas, flojas, sosas, grises, incoloras e insípidas que en vez de aportar o dar interpretación a lo que está pasando en este nuevo sentir colectivo, lo único que logran es restar, confundir y empañar.
Entones, ya es hora (reitero), de tomar posiciones verticales, en un desmadre de país tan virulento y empantanado por el odio, la infame corrupción en todas sus esferas, corrupción creadora de LA DESIGUALDAD, y una sociedad diastólica y en distopía que se acostumbró a lo vulgar y a lo violento. NO nos podemos seguir dando el lujo de ser ambivalentes, flojos, insípidos o tibios con el sentir de una voz, de un pálpito que le perdió el miedo a la misma pandemia -ALGO INEDITO ES TODO EL PLANISFERIO- Que hoy pide atención y solución en las calles, plazas, carreteras o caminos de esta pobre señora Colombia que a todos nos debe doler.