Fico es un hombre superficial.

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Por  FRANCISCO CORTÉS RODAS.
Un breve diagnóstico a un personaje francamente empobrecido de intelecto y estructura programática.
 
Fico es un hombre superficial. Se define como un hombre sin partido, que no se mete con problemas teóricos, ni abstractas disquisiciones, eso no es lo suyo. Lo suyo es la calle, la gente, el apretón de manos, el beso.  ¡Parcero vamos es pa’lante! Se auto-postula como pragmático, suma, resta y ya, pero lo que hay detrás es una ignorancia política crasa y un desconocimiento de los problemas del país. Por ejemplo, estigmatiza insistentemente a Petro con el término populismo como si el término populismo fuera la representación del mal. Asocia al populismo con Maduro y Ortega, desconociendo otros presidentes populistas de izquierda como Lula y Evo Morales, que gobernaron respetando las reglas democráticas, y desconociendo pésimos populistas de derecha como Fujimori, Uribe y Bolsonaro, que desestabilizaron la democracia al alterar el sistema de pesos y contrapesos. Pero Fico machaca con Maduro para crear, como enseña Uribe, temor y pánico.
El populismo es, en todos los aspectos, un producto del mal funcionamiento de la democracia de partidos. Los populistas sostienen además que hay una crisis de representación de la democracia formal y representativa y formulan un cambio de la identidad política tradicional con el fin de adoptar una identidad “popular” nueva. Fico desconoce que el populismo, donde ha surgido, es una reacción frente al malfuncionamiento del sistema político y de una profunda insatisfacción con la democracia representativa.
El populismo no está contra la democracia. Su elemento positivo es que busca sustituir la democracia representativa por una nueva representación incluyente. De esta manera mejora la calidad de la democracia en la medida en que le da participación a grupos que no se sienten representados en el gobierno representativo, y moviliza sectores excluidos de la sociedad optimizando su integración política. El populismo de izquierda le da sentido a la idea democrática de los antiguos o radical, según la cual la soberanía es expresión de la voluntad popular, es decir, el poder debe ser expresión de la voluntad del pueblo. Lo más positivo del populismo es ese intento de devolverle al pueblo, la oportunidad de hacer un ejercicio democrático que los tome en cuenta. Fico, si es tan malo el populismo diga algo más que afirmar que el populismo es Maduro y Ortega. Es un argumento demasiado trivial.
 
 

LECTURAS VAIRAS.