Fico, el “pato”. Por Felipe Sánchez Hincapié.

 Fico Gutiérrez subirá penas a corruptos y atacó a Gustavo Petro
 
Fico, el “pato”.
 
 
Insustancial, banal, intrascendente, postizo. Así podría describir a Fico, quien me recuerda a los “patos” del colegio que se armaban de una verborrea superficial y un humor chabacano para ser “alguien”, para que todo el mundo los aplaudiera, para no pasar desapercibidos, así no tuvieran méritos, talentos o cualidades que los hicieran resaltar. Vivían del bullicio y la pose, nada más. Fico es eso, un “pato” que subió escalones a punta de carreta y pose. 
 
En la alcaldía de Medellín no hizo mayor cosa que darse autobombo (su alcaldía, de hecho, fue la que más dinero gastó en publicidad), retrasó o cambió algunas obras públicas a último momento (como la arborización en la Avenida Oriental que, después de publicitarla como un gran hito verde, la quitó por las obras de Metroplus) y se pintó como un Batman paisa que luchaba 24/7 contra el hampa, cuando su secretario de Seguridad se aliaba con la delincuencia. En cultura tampoco hizo ni fu, ni fa, y eso sí que lo viví como periodista cultural. Todavía recuerdo cuando en 2017 quiso que Chapecó fuera la ciudad invitada a la Fiesta del Libro y la Cultura así sin más, sin ningún criterio literario o cultural, solo por seguirle sacando réditos políticos a la tragedia del club chapecoense. O ese esperpento de unir las campañas de cultura ciudadana con los programas de la Secretaría de Cultura y que terminó siendo una campaña insulsa que en vez de resolver los problemas cotidianos de una ciudad como Medellín apeló al regaño y a la culpa. Puro fascismo con parlache y caritas felices.
Ahora Fico, después de una campaña que se pareció más a una película de El Paseo, ya se muestra como ganador de la presidencia de Colombia (a pesar de que Petro lo supera en votos) y en vez de sentar unas propuestas claras, un proyecto político sólido, sale a atacar al otro candidato tomando el viejo y ridículo miedo al socialismo, a que en un gobierno del Pacto Histórico se acabarán la democracia, las libertades y la economía. Aun así, Fico es el caballo de batalla de una derecha rancia y lánguida que tras veinte años en el poder, no pudo resolver los problemas del país. 
 
Durante estos días el leitmotiv de Fico será el miedo al socialismo, a Petro y sus “ideas dictatoriales”, y así trate de presentarse como un “bacán”, un “man guerrero que dice las cosas de frente y que está con la gente”, el tufillo de la derecha lo perseguirá. Porque ese tonito parchado, esa pinta de nea de Laureles, no es más que el disfraz de un autócrata en potencia, de un mediocre que ante su incapacidad se inventa miedos y enemigos por doquier y que ni es capaz de combatirlos. Si llega al poder, gobernará como los “patos” del colegio cuando los elegían de personeros: echar carreta y no hacer nada. Solo aplaudirse a sí mismos.

 

LECTURAS VAIRAS.